Uno de los proyectos de vida más relevantes para la mayoría de los colombianos está relacionado con tener casa propia. El materializar ese sueño genera seguridad, confianza en el futuro y a lo largo de la historia ha ayudado a consolidar familias. Inclusive el tener un activo facilita que las entidades financieras otorguen créditos a las personas.
La construcción de vivienda es uno de los sectores más importantes de la economía que contribuye a la generación de empleo y desarrollo del país e incide en más de 36 sectores de la economía local.
En los últimos años, especialmente después de la pandemia, este sector ha tenido que sortear diferentes retos y dificultades que se han presentado debido a las altas tasas de interés, la inflación y la disminución de los subsidios, lo cual se ha visto reflejado en la contracción de la demanda.
Desde el mes de julio de 2024, varios bancos decidieron bajar las tasas de interés para créditos hipotecarios, que junto a la disminución de la inflación y la reducción de la tasa del Banco de la República busca volver a reactivar la demanda de vivienda. De acuerdo con algunos informes gremiales, las licencias de construcción de vivienda por unidades y millones de metros cuadrados han continuado disminuyendo. En ese sentido, la cartera hipotecaria ha crecido gracias a los créditos asignados para la compra de vivienda usada.
Colombia tiene enormes retos ante el gran déficit habitacional que en el 2024 puede estar afectando a más de un millón de familias, por lo cual la articulación entre el sector público y el privado es fundamental para volver a dinamizar la construcción de vivienda. Este proceso debe ir acompañado de la ejecución de proyectos sostenibles que ayuden a tener un consumo energético y de agua más eficiente y que promueva la transformación tecnológica, la renovación y modernización de las viviendas usadas y la urbanización inteligente.