Sorprendió a la gran mayoría de colombianos el último reporte del DANE relacionado con el crecimiento de la economía en el mes de abril —variación anual— que se ubicó en 5,5%. Este repunte fue impulsado por las actividades agropecuarias, mineras y de la Administración Pública.
A pesar de esta importante noticia que aleja al país de la recesión, todavía continúan en cuidados intensivos los sectores relacionados con la inversión, el comercio, la industria y la construcción, que son los grandes dinamizadores del crecimiento económico. El sector gastronómico y el turismo interno también se han visto afectados en los últimos meses por la desaceleración económica.
La actividad de la industria, la construcción y el comercio tiene un gran impacto en la generación de empleo formal y en el recaudo tributario por lo cual sigue siendo necesario la articulación entre el Gobierno y los diferentes actores de la economía nacional con el fin de definir estrategias que permitan la reactivación de estos sectores lo más pronto posible y de manera sostenible.
Se hace necesario recordar que el 95% de las empresas que existen en Colombia están representadas por las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme) y en ellas se genera el 60% del empleo formal. En la medida en que se le brinden mejores condiciones para que se sigan formalizando, puedan acceder a mercados más amplios, tengan una mayor integración y se ubiquen en zonas más desarrolladas del país no solamente dinamizaran más la economía, sino que también aumentará el PIB per cápita y tendrán más fácil acceso a los diferentes productos que ofrece el sector financiero.
En la actualidad, las mipymes, que son motor de crecimiento del país, se financian a través del crédito comercial, el microcrédito, recursos propios, la reinversión de utilidades y préstamos de proveedores.
Teniendo en cuenta que el crecimiento de la economía colombiana en el 2023 fue del 0,6% debido a la baja productividad, la disminución de la inversión y la incertidumbre que tiene el sector privado, se hace necesario la generación de confianza, la estabilidad jurídica, la articulación entre las diferentes cadenas productivas y la identificación de oportunidades en las cadenas globales que permitan dinamizar la creación de nuevos empleos formales, la generación de riqueza en Colombia y la utilización del aparato productivo que tiene el país que en algunas regiones como lo son Bogotá, Antioquia, Valle y Atlántico alcanzan cierto nivel de sofisticación.
La apuesta por el crecimiento económico debe ser un propósito de país, ya que tiene un impacto significativo en el bienestar y la calidad de vida de todos los colombianos